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Museos en Londres para viajar a otros mundos

Nadie discute a estas alturas que Londres es una ciudad con una increíble oferta cultural: exposiciones, conciertos, obras teatrales y espectáculos callejeros para todos los gustos y bolsillos.

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Los amantes del arte deben visitar museos como la National Gallery que cuenta en su colección permanente con obras de Leonardo da Vinci, Van Gogh o Velázquez; el de Victoria y Alberto, que es el museo de Artes Decorativas más grande del mundo; el Británico, con una sección de Egipto que incluye la piedra de Rosetta o el Obelisco de Nectanebo II, y el Tate Modern, con la colección de arte contemporáneo más importante del mundo gracias a obras de artistas como Andy Warhol, Picasso o Dalí.

Pero para aquellos que desean viajar en el tiempo, descubrir pasadizos secretos y sentir emociones únicas, destacamos los siguientes museos insólitos.

Dennis Sever House

Se encuentra en el número 18 de Folgate Street. Se construyó en 1724 aproximadamente, y en 1979, el californiano Dennis Severs, enamorado según sus palabras “de la luz inglesa” la compró en ruinas y acondicionó para convertirla en una casa que reflejara la vida ficticia de una familia de hugonotes tejedores de seda. Estos son los antiguos protestantes franceses calvinistas que se vieron obligados a huir de Francia para escapar de la persecución y exterminio sistemático ordenado por el Rey Sol en el siglo XVII

La intención del artista era crear una cápsula del tiempo, y que el visitante sintiera que la casa realmente estaba habitada; por ello hay olores como comida recién cocinada, sonidos de fondo en las habitaciones, camas a medio hacer y pasillos ocultos que revelan secretos si el visitante se deja llevar por sus emociones. Todo un viaje en el tiempo.

Charles Dickens Museum

En el número 48 de Doughty Street se encuentra la casa de Charles Dickens en la que se exhiben manuscritos y reliquias del célebre autor inglés que supo describir como nadie el mísero Londres victoriano. Lo interesante, más allá de todos los objetos que se exponen sobre el autor, es el poder disfrutar de visitas temáticas para interactuar con la casa y viajar en el tiempo. El tour disfrazados es interesante pero recomendamos La Navidad de Dickens.

El relato de Navidad más conocido y entrañable de la historia de la Literatura es su Cuento de Navidad. En esas fiestas, el museo se engalana para celebrar una fiesta navideña victoriana, con sidra caliente, tartas tradicionales inglesas, lecturas dramatizadas y proyección de películas sobre la obra.

Ripley’s, believe it or not

Que los fans de Alien no se entusiasmen, no es un museo sobre objetos personales de la teniente, sino una colección de objetos estrambóticos reunidos por Robert Leroy Ripley a lo largo de su rocambolesca vida. Ripley fue un antropólogo que se obsesionó por demostrar que la vida supera con creces a la ficción, así que se dedicó a viajar por todo el mundo buscando objetos extraños y especiales.

Tantos atesoró, que hay en la actualidad 30 museos de Ripley repartidos por todo el planeta. La entrada es cara, pero merece la pena si eres un freak. Más de 700 piezas repartidas en seis plantas temáticas, en la que nos encontraremos con un tiranosaurio Rex, cuadros de famosos hechos con materiales insólitos como matrículas de coche, réplicas de freaks como el hombre lagarto Erik Sprague, emanems de tamaño humano, una impresionante colección de coches en miniatura y toda una suerte de rarezas.

En el número 1 de The London Pavilion hay un museo en el que una escultura de una vaca de cinco patas convive pacíficamente con cabezas reducidas por los jíbaros. Así es, lo crea o no.

El museo de cera de Madam Tussaud

A los amantes de la película de 1953 los Crímenes del Museo de cera, con el actor Vincent Price, les apasionará la Cámara de los horrores del museo de cera de Madame Tussauds en Marylebone Road. Unos actores intentarán infundir miedo, pero no será necesario ya que exhiben los rostros de numerosos guillotinados durante la Revolución francesa, como el de Marat, Robespierre o Luis XVI y que fueron modelados por la propia Madame Tussauds.

También modeló las máscaras de la muerte con las que demostró su fidelidad durante aquellos tiempos en los que rodaban las cabezas. Prueba de ello es la guillotina que segó la de María Antonieta y que se exhibe allí. Imposible no sentir un escalofrío.

Lo malo de los viajes organizados es que uno acaba volando por todos los lugares sin poder empaparse de nada de lo que ve. Si realmente quiere vivir Londres intensamente, debería planificar bien su viaje y dedicarle unos días alojándose por su cuenta en los numerosos apartamentos que ofrecen a buen precio algunas webs especializadas como LocalNomad que facilitan la búsqueda por precio y ubicación, y que nos permitirán encontrar un buen alojamiento.

Agua que hace fuego

Hay milagros laicos que se obran en seno de al tierra, en medio de la conjunción ancestral de los elementos. Por ejemplo, en Mazonovo o en Os Teixois se puede presenciar como la corriente de aire que produce el paso de una corriente de agua tiene el efecto de un fuelle natural e inagotable que mantiene incandescente el fuego del taller del Ferreiro. Si algo hay en estas tierras cuajadas de verde y de humedad es una sabiduría telúrica y antigua en la que el hombre y la Biosfera se entienden ya sin palabras, sólo con gestos tan naturales como encender la fragua y dejar que el agua haga correr el aire que mantiene el fuego que funde el hierro del que salen las espléndidas navajas de Taramundi y la cuchillería propia de esta zona de Asturias que limita con Galicia.

La comarca de Oscos-Eo es Reserva de la Biosfera desde 2007, su oferta de alojamientos, restaurantes y actividades es una de las más completas. Hay 47 empresas asociadas al Club: hoteles, casas de aldea, centros de actividades, tiendas o restaurantes para un  espacio de 1.600 kilómetros cuadrados ocupados por siete municipios en los que el río Eo sirve de nexo de unión. La variedad de paisajes y actividades humanas que se desarrollan en estas poblaciones es muy grande. Desde la actividad pesquera, marisquera y de construcción naval de la ría del Eo, podemos seguir tierra adentro y conocer artes tan ancestrales como los telares y la mencionada fabricación de navajas y cuchillos artesanales en Taramundi, o la estrecha vinculación del agua a la vida de la zona en el mazo de Teixois. La senda verde de las Carballeiras con toda la riqueza de leyendas que la jalona nos colocará en la Asturias profunda y vegetal de Los Oscos.

La ría del Eo, abierta ya al Cantábrico y compartiendo costa con las playas gallegas de la costa lucense, es otro hábitat completamente diferente en el que, sin embargo, el agua tiene tanto protagonismo e importancia como en el curso alto del río. El agua, entre dulce y salada en la formidable y profunda ría del Eo, riega una cultura y una economía distintas basadas en la pesca, la construcción naval y la navegación deportiva, además de mantener una importante avifauna que completa un paisaje natural y humano en el que agua manda como hilo conductor permanente.

 

 

Descubre Japón con Japan Rail Pass

Japón es un país dueño de una gran tradición y paisajes llenos de encanto, aspectos que contrastan visiblemente con el gran desarrollo tecnológico que está presente en la vida cotidiana de los habitantes para su bienestar general. Gracias a su extensa red ferroviaria, recorrer cada uno de los puntos más importantes de este exótico destino se torna fácil y asequible empleando los boletos Japan Rail Pass.

Vale aclarar que los Japan Rail Pass son pases que están destinados pura y exclusivamente a quienes visitan Japón para hacer turismo, y se los puede adquirir antes de empender el viaje a dicho país solamente en agencias turísticas autorizadas. Estos boletos son válidos por un período de tiempo determinado, ya sean 7, 14 o 21 días,  durante el cual se puede viajar ilimitadamente en la red japonesa JR, incluyendo trayectos en el tren bala.

Puntos de interés

Entre los puntos que no puedes dejar de conocer se encuentra indudablemente Tokio, su capital, una ciudad en la que es posible apreciar de cerca la tradición y cultura nipona. Al tiempo que quedarás gratamente sorprendido con la tecnología de avanzada con la que cuentan.

La capital de Japón posee numerosos atractivos, como es el caso de los parques del Palacio Imperial, situados en pleno centro de la ciudad y que, además de ser todo un símbolo de este país, pueden considerarse como una suerte de remanso entre tanta conglomeración que abunda en sus alrededores.

Mientras que para descubrir la milenaria tradición del lugar vale la pena dar un paseo por el barrio de Asakusa, en donde se halla el Templo-Asakusa Kannon. Cerca de allí, hay museos de gran prestigio así como uno de los zoológicos más destacados del Japón.

Al mismo tiempo, la Bahía de Tokyo y Odaiba es otro de los puntos de especial interés. Se trata de una zona que ha sido ganada al mar, en donde se alzan importantes centros comerciales y parques temáticos con aire futurista.

En los alrededores de Tokio, hay diferentes sitios que merecen ser visitados. Por ejemplo, a tan sólo treinta minutos en tren se encuentra Yokohama, considerada una de las ciudades portuarias japonesas más activas, en donde se ubican el popular barrio chino y el Estadio Nacional de Deporte. Asimismo, se recomienda conocer Kamakura, una pequeña y tranquila ciudad que acoge al Gran Buda de Bronce “Daibutsu”; Hakone, donde además de disfrutar de las termas y conocer diversos lugares de relevancia histórica se puede contemplar maravillosas vistas del Monte Fuji; y  Nikko, lugar en el que se combina la belleza extraordinaria del paisaje con imponentes construcciones como el Santuario Toshogu. Todas estas ciudades se encuentran a menos de dos horas de Tokyo.

Un poco más lejos, más precisamente a dos horas cuarenta minutos en el tren bala shinkansen, se halla Kyoto, que fue antiguamente la capital del Japón y cuna del refinamiento japonés. Esta ciudad posee palacios, templos y santuarios y palacios. Los amantes del turismo cultural no pueden dejar de visitar el Museo Nacional de Kyoto.

¿Cómo viajar con los Japan Rail Pass?

Al comprar un Japan Rail Pass te entregan un canje de bono que, al llegar a Japón, deberás cambiarlo por tu billete de tren en alguna de las diversas estaciones del país, para lo cual necesitarás presentar el pasaporte y rellenar un cuestionario sencillo. De este modo, podrás comenzar a usar el servicio de trenes japonés, que se caracteriza por su extrema puntualidad. Por consiguiente, podrás recorrer en tren Tokyo y sus alrededores, o incluso realizar una excursión a Osaka o a cualquiera de los diferentes puntos de interés del país. ¡Adquiere tu Japan Rail Pass y prepárate para una experiencia ilimitada!